El Señor de Chucena llevaba en esta ocasión corona de espinas y las potencias de plata (o de salida), situado delante de su altar efímero. Santa María Magdalena, por tercer año consecutivo, se encontraba postradas a los pies del crucificado. Dos faroles y centros que formaban parte del exorno floral del quinario flanqueaban a las imágenes, además de claveles rojos puestos bajo sus pies.
La Virgen de los Dolores presidía, por primera vez vestida de hebrea, el altar montado para estos días.
En esta función, además, se produjo la ofrenda de varios enseres, donados por varios hermanos y devotos. Se trata de un pañuelo de ganchillo, una galletina de metal dorado para Santa María Magdalena y una saya para la Virgen de los Dolores, de terciopelo azul de Lyon con bordados en oro.
Detalle de las nuevas donaciones |
Nueva saya para la Virgen de los Dolores / Facebook de la hermandad |
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