Virgen del Rocío / Ismael Ruiz |
Ya desde la apertura del Año Jubilar el 14 de agosto se notaba el ambiente en El Rocío. No es un agosto cualquiera. La Virgen volvía a su pueblo. En la víspera ya se escuchaban muchas salvas de escopetas. La Hermandad Matriz celebraba su Santo Rosario con el Simpecado, seguido de un espectáculo audiovisual acompañado de fuegos artificiales.
El día 19 se celebró a las 10 de la mañana la Función Votiva, que el año que viene cumplirá su bicentenario, seguida de la tradicional Procesión Eucarística por los alrededores del Santuario. Una vez concluidos estos cultos, comenzó la tensa espera. Muchas personas se acercaron a ver a la Virgen antes de la intensa tarde-noche que les esperaba.
Sobre las cuatro y media de la tarde los almonteños saltaron la reja, y comenzaba la Procesión de la Pastora por las calles de la Aldea antes de emprender su camino hacia su pueblo. Momentos emotivos a la llegada a las Hermandades de Moguer, Huelva o Gines, en donde la Virgen se salió del camino señalado por las flores de papel y los arcos para acercarse a las mismas puertas.
Sobre las 9 y media llegaría la Señora al lugar donde le colocarían el velo y el guardapolvo. Una vez realizado este precioso acto, entre salves y salvas de escopetas, la Virgen comenzó a emprender el Camino de los LLanos hasta su pueblo de Almonte, llegando al Chaparral sobre las 6 y media de la mañana, donde le quitarían los elementos anteriormente mencionados. Sin duda, es uno de los momentos más importantes y que más expectación crea tanto en almonteños como en rocieros y visitantes.
Justo después comenzó a clarear el cielo y, con ello, la Procesión de la Virgen por las calles de Almonte hasta su llegada a la Parroquia de la Asunción, sobre el mediodía, poniendo punto y final a este intenso día. Muchos chuceneros acompañaron a la Virgen en algún momento, bien por la Aldea, bien por el camino, o incluso fueron directamente al Chaparral a esperarla. La Virgen estará en su pueblo hasta el 12 de mayo. Durante este tiempo, recibirá allí a sus devotos, que podrán ganar también el jubileo.
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