Este Jueves Santo lució más que el sol. Incluso hizo calor en las primeras horas de la tarde. Y, al fin, la Hermandad del Cristo de Burgos pudo hacer su estación de penitencia sin contratiempos, realizando su itinerario en unas tres horas y media.
En cuanto a las novedades, destaca el recorrido inverso que ha hecho la cofradía, viéndose más arropada en las plazas, además de los estrenos que tanto el Señor de Chucena -que recuperó también los faroles en el paso- como la Virgen (a la cual le tiraron un par de petaladas) pudieron mostrar. Asimismo, se ha visto un giro en el palio hacia lo clásico, con un exorno floral de claveles blancos en jarras cónicas, una nueva disposición de la candelería, que permite ver a la imagen mejor, y un repertorio -interpretado por la banda Hermanos Niño de Moguer, como cada año- más solemne que en años atrás, con marchas como "Mater mea", "Virgen del Valle", "Soledad Franciscana", "Amarguras" y "La Madrugá" -aunque estas dos en otras ediciones sí se han escuchado-, o "Procesión de Semana Santa en Sevilla".
Tampoco faltaron marchas clásicas como "Virgen de las Aguas", "Macarena" (de Abel Moreno), "Coronación de la Macarena", "La Estrella Sublime" -como guiño a la Virgen de la Estrella por su próxima coronación canónica-, y otras de corte más moderno como "Hosanna in Excelsis", "Coronación", "Madre Hiniesta" y "Virgen de la Palma", de Marvizón, y la propia de la Virgen "Madre de los Dolores de Chucena". Por su parte, la capilla Gólgota interpretó maravillosamente varios motetes ante el paso del crucificado, entre ellos las saetas del Silencio.
En definitiva, gran Jueves Santo vivido en la localidad, de los que hacía tiempo que no sucedía, y que esperamos que se vuelva a repetir el próximo año, cuando una vez, Chucena tenga su Semana Santa.
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