La Virgen de la Estrella brilló esta pasada noche por las calles de Chucena

Virgen de la Estrella, poco después
de su salida / Jesús Pérez

Un año más ocurrió el milagro. La misma luz prodigiosa que en Alcalá puso una estela apareció, como cada 15 de agosto, para alumbrar a sus hijos en esa noche mágica en Chucena.
Un constante retumbar de cohetes, aplausos, vivas y la marcha real sirvieron para recibir, a las 9 de la tarde, en la calle a la Patrona y Alcaldesa Perpetua de nuestra localidad, la Santísima Virgen de la Estrella.

Salida muy emotiva, en la que los costaleros dieron un homenaje a uno de los jefes de sus cuadrillas, Manolo Romero, quien, debido a un accidente de tráfico que sufrió meses atrás, no pudo coger este año a la Virgen sobre sus hombros.

Lágrimas de los chuceneros y chuceneras al ver a su bendita Madre ya en la calle. A los sones de "Estrella de Chucena", primera marcha dedicada a nuestra Patrona, interpretada por la Filarmónica de Pilas, comenzaba el paso a andar. Fueron momentos muy emotivos los que se vivieron a lo largo de la madrugada en la que la Virgen, después de 9 años sin hacerlo, lució su manto rojo un 15 de agosto.

Muchas paradas, muchas visitas a nuestros ancianos y enfermos, cantes dedicados a Nuestra Señora, entre ellos, el fandango que le dedicó la ganadora de la 3ª edición del concurso "Se llama Copla" de Canal Sur, Alejandra Rodríguez, así como sevillanas cantadas en la casa del Hermano Mayor, Hermenegildo Pérez, y en distintos lugares del recorrido.

Momentos intensos vividos en el encuentro con las Hermandades y Asociación de nuestro pueblo. Como siempre, la Plaza Virgen del Rocío repleta de gente para asistir al saludo de la Reina de Chucena y la Reina de las Marismas. También se cantaron Salves en la casa de nuestro Cura Párroco, D. Justino Espuela, así como en los hogares de algunos de los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad. El disparo de los fuegos artificiales, menos vistosos que otros años debido a la fuerte crisis que todavía azota a nuestro país y, en consecuencia, a nuestro pueblo, también fue un momento clave de la Procesión.

En definitiva, noche de emociones en el encuentro de nuestros ausentes que vienen, aunque sea solo en este día para ver a su Madre, así como el recuerdo de los que ya gozan de su presencia en el Cielo. Una noche perfecta, salvo con algunos incidentes, que concluyó casi a las 8 menos 20 de la mañana, ya con la luz del día, cuando la Virgen entró en la Iglesia dejando a su pueblo con el deseo de estar el 15 de agosto del 2011 de nuevo en la puerta para verla salir.

Fotos: Jesús Pérez y Andrés Carmona.