Fueron momentos emocionantes los que se vivieron en la parroquia, ya que mientras se producía este acto se interpretó el Ave María de forma magistral por la directora del coro parroquial, Inmaculada Cobos.
Previamente, se había desarrollado la solemne función a la Santísima Virgen, en conmemoración de su festividad, y tras la bajada, un año más, la imagen recibió el beso en sus manos de los chuceneros y foráneos que se encontraban presentes.
La Virgen portaba mantilla y encaje de blonda, saya y cinturilla de terciopelo azul pavo bordados en oro, manto negro con bordados en las vistas, toca de sobremanto bordada, corona de plata, fechada en 1958, y puñal dorado. Además lucía cruz pectoral, broches -entre ellos los militares y los de las hermandades locales-, tres mariquillas de las cuatro estrenadas en 2013, rosarios, anillos y la medalla de Chucena.
Los faroles y cuatro candeleros escoltaban a la imagen, con un exorno floral compuesto por nardos, lillium blanco y paniculata. Destacaba también el sillón-trono, el cual ha sido uno de los estrenos, junto a la peana de besamanos, que se podía contemplar en la capilla y sobre la cual permanecerá la Virgen estos días en la misma.
Los faroles y cuatro candeleros escoltaban a la imagen, con un exorno floral compuesto por nardos, lillium blanco y paniculata. Destacaba también el sillón-trono, el cual ha sido uno de los estrenos, junto a la peana de besamanos, que se podía contemplar en la capilla y sobre la cual permanecerá la Virgen estos días en la misma.
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