Virgen de los Dolores / Jesús Pérez |
En un principio, y tras consultar las fuentes pertinentes, la Junta de Gobierno decidió esperar unos minutos a que una nube que se encontraba en el cielo de Chucena, la cual dejaba una llovizna débil, se desplazara. Tras escampar, la Junta de Gobierno invitó a los que se encontraban en la Parroquia a que salieran y se reunió en Cabildo extraordinario. Las esperanzas crecían y todo apuntaba a que la Hermandad saldría.
A los pocos minutos se abrieron las puertas del templo y la Cruz de Guía se puso en la calle. Chucena esperaba con fervor la salida del Cristo de Burgos y la Virgen de los Dolores. El crucificado salió a los sones de la Capilla Musical 'Gólgota'.
Pero, inesperadamente (cosas de la primavera), otra nube empezó a descargar un aguacero que por segundos apretaba más y obligó a la Hermandad a volverse sobre sus pasos. El Señor se encontraba en la calle El Pozo y el Palio acababa de salir.
En una maniobra complicadísima (recordemos que la Virgen sale sobre ruedas) y muy rápida, el paso entró y el Cristo de Burgos, cubierto por un plástico blanco y con las potencias y la corona de espinas retiradas, regresó a los pocos segundos. A los sones de "Amanecer con Triana" y "Encarnación Coronada", el paso de la Virgen de los Dolores fue colocado en su sitio y arrió.
Fue entonces cuando dejó de llover. Una nube, solo una, destrozó un año de espera. Una nube que comenzó a descargar en el momento clave y que, con 20 minutos, le bastó para que Chucena tenga que esperar un año más para disfrutar de su Señor y su Señora por sus calles. Pero Chucena sabrá esperar.
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