A los sones de "La Estrella Sublime", la Virgen se adentraba en la Plaza Cristo de Burgos. Lenta, pero majestuosamente, andando de costero a costero, nuestra Patrona iba recorriendo una a una las calles del recorrido. "Revirás" hacia nuestros enfermos e impedidos, Salves, saludos con las distintas Hermandades y Asociaciones, el disparo de fuegos artificiales y cantos por fandangos y sevillanas colmaron una noche en la que con más fuerza que nunca brillaron la luna y las estrellas para rendir homenaje a la Madre de Dios.
También permanece fuerte el recuerdo de los que ya no están con nosotros, o de los que, por diversos motivos no han podido estar con su Madre este año, y la alegría de muchos de los ausentes que cada año vienen a verla y también disfrutan, aunque sean por unas horas, con sus familiares.
Poco a poco se fue consumando la Procesión, y la Estrella de la mañana dejó paso al astro rey para que alumbrara el nuevo día, siendo entonces (el momento en el que empezó a amanecer, sobre las 7 y 5 de la mañana), cuando entró en su Iglesia Parroquial.
Fue una noche para recordar, en la que la Virgen nos devolvió cada una de las visitas que le hemos realizado. La Estrella estuvo con Chucena y Chucena estuvo con su Estrella. Comienza una nueva espera, de 365 días (más larga que otras veces, por ser el próximo año bisiesto), para volver a encontrarnos con Ella en las puertas de su Iglesia. Disfruta con las imágenes tomadas.
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